Por Montserrat Reyna

Sinopsis:

El misterio del circo donde nadie oyó nada. La detective Maraña recibe en su oficina la visita de una misteriosa mujer, con la que comienza el caso más difícil y divertido de su vida, pues su cliente es sorda, así que lo primero que debe resolver, es la forma de comunicarse con ella.

Poco a poco el caso va quedando claro: La detective Maraña fue contratada para encontrar a un hombre que desapareció de un circo donde todos los artistas son sordos; gracias a ellos, aprende a comunicarse con señas. Los leones y el domador le explican el significado de la seña intérprete (el desaparecido, precisamente). El mago le enseña el abecedario manual. Los payasos le demuestran que ser sordo y hablar en señas tiene sus ventajas. Ella aprende que, sin importar las diferencias, en algún momento todos somos iguales y siempre podemos aprender nuevas y divertidas formas de comunicarnos. Todo esto conduce a la inesperada solución del caso. ¡Que comience el circo!

Esta obra fue fundada por una compañía compuesta de actores sordos y oyentes en 1933, teniendo 27 años de trayectoria en el que han producido 26 obras de teatro originales en donde combinan escenas habladas en español y en lenguaje de señas, con presentaciones en varios estados de la República Mexicana.

Es una divertida obra de teatro que tanto chicos y grandes nos hará a reír y ser partícipes de esta puesta en escena con música de fondo de jazz que nos hará sentir como si estuviéramos en un capítulo de alguna caricatura de misterio donde se resuelven pistas.  La historia plantea una trama con un toque humorístico, pero es una situación que sí pasa en la vida real y lo frustrante que debe ser para las personas con esta discapacidad que pocos los puedan entender.

Más que concientizar también visibiliza este problema ya que contamos con una escasa cultura sobre el lenguaje de señas porque no nos enseñan lo importante y necesario que debe ser aprender de esta forma de comunicación.

Al final de la obra todos nos fuimos a nuestros hogares pero no con las manos vacías ya que los personajes nos enseñaron el lenguaje de señas básico como el abecedario y alguna que otra palabra, es una obra bien pensada sobre todo para el público infantil, ya que es importante que desde pequeños sean empáticos con personas con esta discapacidad.

Nos deja un buen mensaje, que cualquiera de nosotros podemos ser el intérprete si nos damos el tiempo y el interés en aprender este lenguaje.  

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Fotografías: Montserrat Reyna