Entrega de medalla Xavier Villaurrutia a Alicia Martínez Álvarez en la inauguración de la 41 Muestra Nacional de Teatro. / Reseña de Pollito

Por: Israel León Rangel

Al iniciar la noche, la galardonada Alicia Martínez Álvarez nos cuenta un fugaz repaso por su trayectoria, los caminos que ha andado, las personas que la han formado, las vivencias que ha experimentado y los proyectos que ha formado. A lo largo de unos 20 minutos se desarrollan una serie de preguntas a las que ella amablemente responde, todas relacionadas con su carrera y con su sentir respecto a la medalla que está a punto de recibir.

Posterior a esta serie de preguntas, se realiza la inauguración de la edición número 41 de la Muestra Nacional de Teatro, se presentan los esfuerzos y logros de todas las instituciones involucradas y se hace hincapié en que esta edición se inaugura enmarcado por el día mundial de la no violencia contra la mujer, razón por la cual es importante la obra que se presentó durante esta inauguración. Se busca un teatro más par, que borre la violencia de género y las brechas que existen entre hombres y mujeres en la industria escénica mexicana. Para finalizar la inauguración de la muestra, finalmente sube al escenario la maestra Alicia Martínez Álvarez a recibir su galardón y ofrece un poderoso discurso a favor del empoderamiento femenino y del teatro como herramienta para ello. 

Pocos minutos antes de las 8:30 de la noche comienza la enorme obra teatral que tuvo la oportunidad de presentarse durante esta inauguración, comienza “Pollito”.

Pollito es una obra muy expresiva en todo sentido, desde lo corporal y vocal, hasta el mensaje que logra transmitir con rabia, incomodidad y, sobre todo, realidad.

Pollito se adentra en el mundo femenino, en el mundo de sus personajes, en la violencia, en el abuso, en las diferentes etapas de vida de su protagonista homónima al nombre de la obra, y en cómo la sociedad, la familia y el entorno, sistemáticamente violentan a las mujeres, en este caso es a Pollito, pero en la vida real, desgraciadamente, es algo que sucede a un porcentaje altísimo de mujeres. 

Mediante vocalizaciones extraordinarias, todos los personajes logran retratar este cruel mundo y estas situaciones tan podridas. Sus interpretaciones logran hacer sentir extremadamente incómodo al espectador con lo presentado y hacen llegar a buen puerto el mensaje de la presentación escénica. 

El manejo de la luz, así como la musicalización en vivo son sublimes, logran enaltecer a la obra a un nivel superior y ayudan a adentrarse en la profundidad de esta historia llena de realidades disfrazadas de simbolismos.

Sin lugar a dudas Pollito es una gran obra y tiene muy merecido el honor de haber sido seleccionada para cerrar la inauguración del evento teatral más importante del país.