"Lazzaro Feliz"

Por Tanya Bernal

Directora: Alice Rohrwacher

País: Italia

Año: 2018

Plataforma: Netflix

Lazzaro Feliz es una película de la que pienso poco se debe decir para conservar su misterio y que poco a poco te vaya sorprendiendo. Nos cuenta la historia de un joven campesino con una bondad inexplicable, vive en La Inviolata junto a algunas decenas de personas que de igual manera se dedican al campo, en específico al cultivo del tabaco y a servir a la Marquesa, dueña de estas tierras. La historia va avanzando con calma hasta que aparece Tancredi, el hijo de la Marquesa que, tras una decisión caprichosa, da un giro inesperado  a la trama.

Por lo que se puede percibir en la construcción de la película es difícil categorizarla, pese a esto,  destaca la cercanía que tiene con el realismo mágico, término mayormente conocido en la literatura, destacando el trabajo de Gabriel García Márquez, por mencionar un ejemplo. El realismo mágico se refiere a historias que se centran en la realidad, sin embargo, incorpora elementos vinculados con la fantasía con el fin de profundizar en reflexiones sobre la vida.  También se desarrolla en el cine y algunas de las películas más conocidas que retoman esta corriente son El gran pez y Amelie.

La estética del film se centra en un elemento interesante, la película Super  16. La intención no es entrar en aspectos muy técnicos en cuanto a la realización del cine, aunque para los más aficionados es un dato que puede ser interesante ya que es una forma popular y económica de filmar aunque actualmente es poco utilizada en el ámbito comercial. Según una entrevista dada para el festival de Cannes en su edición 72, Alice Rohrwacher, afirma que no es por estar en contra de la tecnología que se inclina por la Super 16, sino que,  encuentra en esta película un espacio para la experimentación en cuanto a estética y portabilidad. 

Por otro lado la paleta de colores también es importante, ya que cuenta con un contraste que marca un antes y un después. Al inicio predominan los colores cálidos y verdes, relacionados con el campo y que parecieran se asemejan a pinturas como la de “Las Espigadoras”, pertenecientes a la corriente del realismo. Conforme avanza la historia los tonos grises y azules son los que invaden la pantalla. En algunos momentos la película cuida esos planos largos, secuencias que se sienten fluidas, con poca saturación sonora que pienso es precisa para que nos centremos en los detalles y guiños que nos da la película a través de otros elementos alejados del lenguaje.

Un guión muy bien construido que se llevó la ovación del Festival de Cannes obteniendo uno de los premios. Una historia que poco a poco, metafóricamente, hace una crítica a la ambición, al sistema y las nulas posibilidades que hay de salir de él desde la bondad y la inocencia. En lo personal, me pareció una película tanto preciosa como dolorosa.

Para conocer más sobre la entrevista consultada para esta reseña:

https://www.festival-cannes.com/es/72-editions/retrospective/2019/actualites/articles/entrevista-con-alice-rohrwacher-miembro-del-jurado-de-los-largometrajes 

Trailer "Lazzaro feliz"