Reseña: "Ejecutor 14" en La Capilla

Por Montserrat Reyna

Ejecutor 14 de Adel Hakim
Dirección de David Psalmon

¡Ordenes, combate y GUERRA! ¡Estatuas humanas carbonizadas! ¡Es como un juego que se trata de morir o vivir!

Estas son sólo algunas frases que se mencionan durante la obra y con las que nos podremos dar una idea de qué va.

Apropiarse de un espacio y convertirlo en una trinchera, con un personaje ocupando este cuarto que está al borde de la locura y desesperación, como resultado de haber estado en una guerra, y darse cuenta cuáles son los resultados y los estragos de esta; escuchándolo por medio de un monologo, acompañado de expresiones, movimientos enérgicos, que, si no estuviera la barrera de la pantalla, te daría miedo estar con el personaje presencialmente.

Una de las ventajas de estar en una obra de teatro a la distancia, es que cuando el actor se acerca a la cámara, por un momento perdemos la noción de que estamos separados por pantallas, y podemos sentir hasta los respiros del actor en nuestra piel, por la cercanía que pareciera en la que esta, y en un teatro quizás no lo sintamos tan presencial ni tan personal.

Otro acierto es la forma en que está resuelta técnicamente, la luz dramática que perdura durante toda la obra, acentuándose cuando está por terminar y la luz que se apaga lentamente, esperando a que cierre el telón y acompañada de una música de fondo con el que sólo esperaríamos escuchar los aplausos del público extasiado.

Ante la situación que estamos viviendo nos hemos tenido que adaptar y transformar, pero esta nueva propuesta de presentar teatro no es la excepción ni una decepción.